Santiago 13 Dic. (ATON) -
La ministra María Angélica Repetto tiene deseos de competirle a Gloria Ana Chevesich, la magistrada que por antigüedad debería presidir el máximo tribunal en el bienio 2026-2027. Esa tradición intentó romperse en 2019, pero fue un fracaso.
La presidencia de la Corte Suprema la asume el ministro más antiguo, según una tradición que siempre se ha respetado, pero que en 2019 intentó romperse. Lo mismo ocurrirá el próximo lunes cuando deba elegirse al sucesor o sucesora de Ricardo Blanco.
Según consigna La Tercera, en 2019 el entonces ministro Lamberto Cisternas intentó competir con Guillermo Silva -el más antiguo ese año- por la presidencia del máximo tribunal. Fue un fracaso, ya que Cisternas solo tuvo su voto y el de la exministra Ángela Vivanco.
En el pleno del lunes, de acuerdo a La Tercera, la competencia será mucho más reñida, debido a que la ministra María Angélica Repetto tiene deseos de competirle a Gloria Ana Chevesich, la magistrada que por antigüedad debería presidir el máximo tribunal en el bienio 2026-2027.
La cita va a coincidir con otro hito relevante. A las 14 horas, probablemente a la misma hora en que esté ocurriendo la votación en el máximo tribunal, la Cámara de Diputados comenzará el debate para votar la acusación constitucional contra el suspendido supremo Diego Simpertegui.
La coincidencia no es menor. Fuentes judiciales comentan que Simpertegui fue uno de los artífices del plan para que Repetto le compita a Chevesich. La idea, sin embargo, se le truncó a mitad de camino, debido a que la trama bielorrusa lo arrastró al mismo caso de corrupción que investiga la Fiscalía y que tiene como imputados a Mario Vargas, Eduardo Lagos, Gonzalo Migueles y Ángela Vivanco.
Por lo mismo, la carta de Repetto, entre los judiciales, se ha interpretado como una reacción de un ala del pleno de la Suprema que no está conforme con la manera en como el máximo tribunal ha reaccionado a la crisis que atraviesa.
Son varios los minidtros que creen que el Poder Judicial ha sido constantemente blanco de críticas injustas y es hora de que a quien le toque presidir sea capaz de ponerles coto. Por lo mismo, el ascenso de Chevesich es visto como una amenaza por algunos ministros que aún podrían verse envueltos en casos de corrupción o de mala conducta.
Chevesich no esconde su intención de limpiar el Poder Judicial y seguir la misma línea que ha tenido Blanco. Sus pares lo saben, porque la han escuchado en los plenos las veces en que se han tenido que tomar decisiones complejas, como activar la extinta Comisión de Ética -que ella misma integró-, abrir sumarios o decidir la remoción de magistrados.
Y el mismo talante con que en 2003 se hizo conocida en el caso MOP-Gate, y por el que se ganó la chapa de jueza de hierro , es el que ha tenido al momento de juzgar a sus pares, lo que ha generado fricciones con más de alguno de ellos.
De hecho, su determinación a avanzar con dureza en los procesos disciplinarios la hizo distanciarse de uno de los ministros que históricamente ha sido su aliado desde tiempos de la Corte de Santiago: el supremo Mauricio Silva.
Para una buena parte de los judiciales la posibilidad de renovación del Poder Judicial va ligado a la opción de que Chevesich logre la presidencia. Si bien algunos jueces la critican porque le falta calle -ha hecho toda su carrera judicial en el Palacio de Tribunales-, quienes la apoyan comentan que ha recorrido todos los tribunales del país debido a los proyectos que le ha tocado dirigir en la judicatura.
DISPUTA VOTO A VOTO
Hasta el viernes, según fuentes judiciales consultadas por La Tercera, la disputa iba voto a voto. La Primera Sala, la que ve causas civiles y que integra Repetto, tal como ha sido la costumbre de este grupo, actuaría en bloque. Eso implica que los cinco votos de aquí se irían para Repetto, lo que incluye, además, las preferencias de Arturo Prado, el ministro Silva, Mario Carroza y María Soledad Melo.
En la Segunda Sala los apoyos son divididos. Los ministros Leopoldo Llanos y Manuel Valderrama se inclinarán por Chevesich. En tanto, las dos mujeres de la sala -las ministras María Teresa Letelier y María Cristina Gajardo- optarían por Reppeto.
En la Tercera Sala el asunto se complica más. Si bien la decisión será tomada el lunes, fuentes de la Suprema comentan que los dos ministros más nuevos se irán por Chevesich. Ese es el caso de Omar Astudillo y Gonzalo Ruz. Este último, de hecho, es el más nuevo y, a su vez, corresponde a uno de los cupos externos, por lo que es poco probable que siendo un recién llegado a la Suprema opte por romper con la tradición.
La ministra Adelita Ravanales, en tanto, respaldaría la opción de Repetto. Simpertegui, que integra esta sala, habría votado también por Repetto, pero no podrá hacerlo, porque está suspendido debido al sumario que lleva adelante el fiscal judicial Jorge Pizarro.
El ministro Matus es una incógnita. Fuentes de la Suprema comentan que muy en su estilo, no ha dado muchas pistas. Sin embargo, puede que también opte por sumarse al peso de la tradición de la primera antigüedad.
En la Cuarta Sala, Chevesich suma un buen bolsón de votos. Aquí logra los respaldos de su gran aliada, la ministra Andrea Muñoz, y también el de las magistradas Jessica González y Mireya López. A todos ellos, Chevesich suma, además, el apoyo del presidente Blanco.
Toda la votación ocurrirá sin orden ya que se hace en cédula manuscrita y de forma simultánea. Por eso dependiendo de los ministros que están en duda, Chevesich lograría un triunfo de entre nueve o 10 votos a su favor, versus ocho preferencias para Repetto.
Esto al menos con el estado de la situación hasta ayer viernes, ya que las mismas fuentes comentan que el fin de semana las preferencias podrían cambiar o que en el debate inicial del pleno se podría dar vuelta el tablero. Incluso, comentan algunos, podría darse de que en ese mismo pleno Repetto opte por no competir.