Santiago 30 Dic. (ATON) -
Tras la implementación de la nueva norma, la Región Metropolitana encabeza la mayor cantidad de denuncias (115), considerando las correspondientes a parte de 2024 y este año. Le siguen Coquimbo (76) y Antofagasta (20).
El impacto de la contaminación lumínica se manifiesta más allá del deterioro que la actividad industrial y humana causa en el brillo de los cielos nocturnos, dificultando la observación del espacio, lo que en el caso de Chile es particularmente sensible, por ser un país de referencia para la astronomía.
Además este fenómeno extiende su perjuicio al alterar los hábitos de la fauna silvestre, como también al dañar la salud de la población.
Se trata de una inquietud que impulsó la puesta en marcha de la norma del Ministerio del Medio Ambiente, que entró en vigencia en octubre de 2024, y considera una aplicación paulatina en el país.
La nueva regulación ya acumula 282 denuncias, que representan el 70% de todas las registradas con la norma anterior (401), de 2012. Esta última norma ambiental regía solo para las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo, aunque la Superintendencia de Medio Ambiente recibía también de otras zonas.
Tras la implementación de la nueva norma, la Región Metropolitana encabeza la mayor cantidad de denuncias (115), considerando las correspondientes a parte de 2024 y este año. Le siguen Coquimbo (76) y Antofagasta (20).
Carlos Guerra, doctor en Biología de la U. de North Texas y académico de la U. de Antofagasta, describe que la luz nocturna artificial provoca, en regiones nortinas, un perjuicio devastador en aves como la golondrina de mar negra, al igual que la garuma.
Hay que pensar que las especies incursionan en el desierto en la noche o en la madrugada por un tema de radiación solar. A través de millones de años aprendieron a manejar las señales naturales de la luz, como la salida del sol o la posición de las estrellas. Pero, de repente, aparece una especie, el homo sapiens, instalando luces artificiales que generan toda una confusión para las aves, como la golondrina de mar, en peligro de extinción , plantea el experto en fauna silvestre.
Son miles y miles las que mueren desorientadas por la luz nocturna artificial , agrega Guerra.
En relación con el aumento de denuncias, la superintendenta del Medio Ambiente, Marie Claude Plumer, lo atribuye a una causa directa: La nueva norma, que ya lleva más de un año desde su entrada en vigencia, viene a hacerse cargo de una problemática transversal en nuestro país que ya veníamos evidenciando .
Además, la abogada que ocupa el cargo desde 2023, tras haber accedido mediante el Sistema de Alta Dirección Pública, remarca que la contaminación lumínica es un problema muchas veces desapercibido, pero que afecta a la salud de las personas, altera los ecosistemas y la calidad de los cielos nocturnos para la astronomía y desarrollo científico .
Estamos encargados de velar por el cumplimiento de la norma, por lo que estamos fortaleciendo la fiscalización en esta materia a través de un fuerte trabajo preventivo , añade Plumer.
La norma rige para alumbrados publicitario, deportivo y ornamental. En octubre de 2026 se extenderá al alumbrado público e industrial.