CHILE, 5 Sep (EUROPA PRESS)
La CONMEBOL dictaminó sanciones rigurosas contra el Club Atlético Independiente de Argentina después de los sucesos violentos acaecidos en el Estadio Libertadores de América, ubicado en Avellaneda, durante el enfrentamiento de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana frente a Universidad de Chile. Este incidente culminó con numerosos heridos y dejó un saldo lamentable de altercados en las gradas.
Según se comunicó oficialmente en la página web de la CONMEBOL, se ha decidido descalificar al CA Independiente de la actual edición de la Copa Sudamericana debido a la violación de las normativas de seguridad. Esta decisión no excluye al equipo de futuras competiciones. Además, el club deberá enfrentar sus próximos siete encuentros como local a puertas cerradas en competiciones organizadas por la CONMEBOL, así como disputar sus próximos siete partidos como visitante sin la presencia de su afición.
La entidad también impuso multas económicas significativas al Independiente, las cuales ascienden a casi 130.000 euros y más de 85.000 euros, respectivamente, cantidades que serán deducidas de cualquier pago al club por concepto de derechos de televisión o patrocinio.
Por otra parte, Universidad de Chile también fue sancionada, debiendo jugar sus siguientes siete partidos como local en competiciones CONMEBOL sin espectadores, en similares condiciones a Independiente para sus partidos de visitante. Además, enfrentará multas de casi 130.000 euros y más de 100.000 euros.
Ambos equipos, en su siguiente duelo de local en cualquier torneo CONMEBOL, deberán mostrar un cartel con la leyenda "Basta de racismo, discriminación y violencia" y promover una campaña de comunicación con el mismo mensaje en sus redes sociales durante los tres días anteriores a tal partido.
Si se repiten infracciones similares, la CONMEBOL advirtió que impondrá sanciones adicionales. Los clubes tienen un plazo de siete días para apelar esta decisión ante la Comisión de Apelaciones.
La violencia se desató el pasado 20 de agosto, cuando el encuentro entre Independiente y Universidad de Chile tuvo que ser suspendido en la segunda mitad debido a los enfrentamientos entre aficiones, con un balance de cientos de detenidos y numerosos heridos.
Michael Clarke, presidente de Universidad de Chile, emitió un comunicado aceptando la decisión sobre la descalificación del equipo argentino como justa en términos deportivos pero criticó las demás sanciones, especialmente por afectar a la afición chilena, la cual, argumentó, "ha tenido un comportamiento ejemplar" en los torneos del año. Clarke aseguró que se trabajará en la apelación de estas medidas.
Por último, Independiente lamentó los incidentes con una publicación en redes sociales que rezaba: "Perdió el fútbol, ganaron los violentos", expresando su descontento frente a los hechos que empañaron el espíritu deportivo del encuentro.