Publicado 18/07/2025 10:04

Una mayoría de los 27 rechaza recortar la PAC a partir de 2027 pero los frugales piden "decisiones dolorosas"

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Archivo - Tractor - GOBIERNO DE CANTABRIA - Archivo

BRUSELAS 18 Jul. (EUROPA PRESS) -

Una amplia mayoría de gobiernos europeos ha rechazado este viernes los recortes a la asignación de la Política Agraria Común (PAC) y los fondos regionales de Cohesión que ha planteado la Comisión Europea en su propuesta de presupuesto de la Unión Europea para el periodo 2028-2034, mientras que países tradicionalmente más frugales como Alemania o Países Bajos advierten de que se deben tomar "decisiones dolorosas".

Aunque han reconocido que aún necesitan tiempo para analizar en profundidad los planteamientos de Bruselas, que presentó su propuesta hace sólo dos días, la gran mayoría de gobiernos europeos ha advertido de la necesidad de blindar los que consideran dos programas "existenciales" para la UE.

El Ejecutivo comunitario planteó un recorte de más del 20% para la asignación de la PAC a partir de 2027 en comparación con el anterior presupuesto a largo plazo, ya que rebaja esta partida de unos 400.000 millones a un techo de 300.000 millones.

La rebaja ronda también el 20% en el caso concreto de España, cuya asignación total a partir de 2027 será de 88.100 millones, de los cuales un grueso de 79.900 millones irá destinado a fondos agrícolas y pesqueros y programas regionales, una cifra que en el ejercicio anterior ascendía a unos 100.000 millones.

"Nuestra primera impresión es que quedan desvirtuados tanto el apoyo al desarrollo rural como a regiones menos desarrolladas, con el enorme coste territorial y político que ello puede conllevar", ha lamentado el secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, durante su intervención en la reunión de ministros de Asuntos Generales de la UE de este viernes en Bruselas.

Sampedro ha expresado también su preocupación respecto al modelo de ejecución centralizada de los planes nacionales y regionales que ha propuesto la Comisión Europea y que se basa en el diseño del mecanismo de recuperación y resiliencia, "con cofinanciación y certificación, condicionalidad y cumplimiento de hitos y objetivos".

También el ministro francés de Asuntos Europeos, Benjamin Haddad, ha advertido a la Comisión de que permanecerá "vigilante" respecto a los recortes, mientras que su homólogo húngaro, János Bóka, ha reclamado "una PAC independiente con financiación estable", al tiempo que ha rechazado el sistema centralizado para repartir fondos regionales porque considera que Bruselas puede valerse de ello para "ejercer presión política".

Por su lado, el ministro checo Martin Dvorak ha criticado que fusionar en un único fondo la política de cohesión y la PAC en el marco "podría dar lugar a complicaciones imprevistas debido a sus diferentes normas y objetivos" y pide "mantener estas políticas separadas para garantizar una aplicación eficaz".

"Si los agricultures empiezan a manifestarse mañana porque tienen la sensación de que no nos preocupamos por ellos y queremos hacer recortes justo a su nivel, entonces tenemos que ser muy sensibles con los mensajes que transmitimos también", ha advertido, por su lado, el ministro luxemburgués Xavier Bettel.

En la misma línea, su par italiano, Tommaso Foti, considera que la asignación de la PAC "se queda corta, sobre todo, en cuanto al mensaje que transmite". "En un momento en el que tenemos agricultores que ya cuestionan estas imposiciones, nosotros vamos en dirección contraria a la que nos pide el sector", ha lamentado.

"Queremos una PAC dedicada y sólida que cuente con todas las herramientas de apoyo a los agricultores, los pescadores y las comunidades rurales", ha incidido el ministro de Asuntos Europeos de Irlanda, Thomas Byrne.

También Estonia, Letonia y Lituania se han mostrado "escépticos" con los "pronunciados recortes" que pide el Ejecutivo comunitario en programas regionales que consideran "existenciales" para el proyecto europeo y piden "tomárselos más en serio en el presupuesto".

Por contra, los ministros de Alemania, Austria, Finlandia, Países Bajos y Suecia, consideran que "el debate no debería versar sobre cómo la UE puede gastar más, sino sobre cómo gastar mejor el dinero" y han advertido de que es necesario "tomar decisiones dolorosas" porque "no todo es posible".

En todo caso, la propuesta del Ejecutivo comunitario es el primer paso de un largo proceso de al menos dos años de negociaciones entre los gobiernos y la Eurocámara.

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