Publicado 23/05/2025 08:38

Sudán del Sur.- La ONU avisa que la crisis de violencia en Sudán del Sur sigue activa y empuja al país al "abismo"

Archivo - August 28, 2014 - Panweel Village - Kolnyang Payam, Bor County, South Sudan - Internally displaced refugees unload refined vegetable oil from a truck. Thousands of South Sudanese became internally displaced refugees in Jonglei and Juba following
Archivo - August 28, 2014 - Panweel Village - Kolnyang Payam, Bor County, South Sudan - Internally displaced refugees unload refined vegetable oil from a truck. Thousands of South Sudanese became internally displaced refugees in Jonglei and Juba following - Europa Press/Contacto/Ric Francis - Archivo

MSF avisa de que la violencia se extiende contra la población que ha escapado a la frontera con Etiopía, de por sí amenazada por el cólera

MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -

La crisis de violencia que estalló a principios de año en Sudán del Sur, lejos de terminar, ha conocido un repunte de violencia en las últimas semanas que está amenazando seriamente a miles de sursudaneses que cruzan a la desesperada la frontera con la vecina Etiopía, según las últimas evaluaciones de Naciones Unidas y de la ONG Médicos sin Fronteras (MSF).

La ONU esima que al menos 75 civiles han muerto y 78 han resultado heridos desde el estallido en febrero de los combates entre el Ejército sursudanés y el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán en la Oposición (SPLM-IO), del ahora detenido vicepresidente Riek Machar, así como entre respectivas milicias afiliadas, y que tuvo su primer epicentro en la ciudad de Nasir, en el estado de Alto Nilo, cerca de la frontera etíope.

Allí, un ataque de una milicia conocida como el Ejército Blanco, supuestamente próxima a Machar, lanzó una ofensiva contra el Ejército sudanés y conquistó temporalmente la localidad antes de ser expulsados por los militares al mes siguiente. El daño ya estaba hecho: Machar fue puesto bajo arresto domiciliario, acusado de conspirar contra la seguridad del Estado, y el frágil acuerdo de paz que firmó en 2018 con el actual presidente, Salva Kiir, ha quedado virtualmente disuelto.

Naciones Unidas entiende que, desde principios de mes hasta el pasado día 20, el país está siendo escenario de una contraofensiva del SPLM-IO y de sus milicias afines en otros dos grandes puntos de conflicto, el condado de Fangak, en el septentrional estado de Jonglei y el condado de Tonga, en el estado de Alto Nilo. "El incremento de las hostilidades", ha avisado el Alto Representante de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, "representa un verdadero riesgo y pone en peligro un frágil proceso de paz".

Turk pide una vez más, en un comunicado publicado este viernes, que todas las partes "retrocedan inmediatamente del abismo" e insta a que defiendan el acuerdo de paz, "garanticen la protección de los civiles y faciliten el acceso humanitario de acuerdo con sus obligaciones con el Derecho Internacional".

El jefe de la ONU para los DDHH también denuncia una represión política dirigida desde el Gobierno sursudanés contra el SPLM-IO, con Machar a la cabeza, hasta el punto de que al menos 55 representantes del Gobierno sursudanés relacionados con el movimiento de Machar fueron detenidos entre el 5 y el 26 de marzo, en lo que Turk sospecha como "detenciones de naturaleza arbitraria, sin órdenes de arresto ni debido proceso legal".

VIOLENCIA FRONTERIZA

Médicos sin Fronteras, que a principios de mes denunció siete muertos y 20 heridos un ataque aéreo contra su centro en Fangak, ha explicado que se ha visto obligada a trasladar a sus equipos de atención a los refugiados sursudaneses que están escapando a Etiopía debido a que la violencia ha cambiado la trayectoria de los desplazamientos de decenas de miles de personas.

MSF, desplegada hasta ahora en la localidad fronteriza de Burbeiye, ha tenido que trasladarse a unos 10 kilometros al interior de Etiopía, concretamente a la ciudad de Mattar, "en respuesta a un desplazamiento en masa tras una escalada de enfrentamientos en la frontera".

El gran problema ahora mismo es que la región etíope de Gambella ya estaba padeciendo un brote de más de 1.200 casos de cólera antes de la llegada de los refugiados y existe el temor muy fundado de que el incremento de personas desemboque en una verdadera crisis sanitaria transfronteriza, por no mencionar que MSF ha recibido 217 heridos en sus centros fronterizos desde el estallido de la violencia en febrero, los nueve últimos el 12 de mayo.

MSF avisa que hay entre 35.000 y 85.000 personas en Mattar, y la mayoría de los refugiados viven en albergues improvisados, la infraestructura local está al límite de su capacidad. Más del 40 % de las pruebas de diagnóstico rápido de malaria han dado positivo, y casi el 7 por ciento de los niños menores de cinco años presentan signos de desnutrición aguda grave.

"Con el aumento de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera y la diarrea acuosa aguda, el riesgo de una catástrofe de salud pública es inminente", avisa MSF.

ACUERDO DE SEGURIDAD

En medio de esta crisis, responsables militares de Etiopía y Sudán del Sur han acordado en las últimas horas que intensificar las operaciones conjuntas contra lo que describieron como "elementos ilegales" activos a lo largo de su frontera común.

El acuerdo, anunciado por el jefe del Mando Central de las Fuerzas de Defensa Nacional de Etiopía (ENDF), el general Zewdu Belay, ha explicado que el objetivo prioritario de acuerdo es el "reforzar la paz y la seguridad" en las zonas fronterizas con efecto inmediatio y con especial atención a la prevención de "actividades de contrabando", recoge el diario etíope 'Addis Standard'.

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