MADRID 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un poco más de la mitad (51%) de los novelistas publicados en el Reino Unido creen que es probable que la inteligencia artificial termine reemplazando por completo su trabajo como escritores de ficción, según muestra una encuesta de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
Cerca de dos tercios (59%) de los novelistas dicen saber que su obra se ha utilizado para entrenar grandes modelos de lenguaje (LLM) de IA sin permiso ni pago. Por otra parte, más de un tercio (39%) de los novelistas afirma que sus ingresos ya se han visto afectados por la IA generativa, por ejemplo, debido a la pérdida de otros trabajos que facilitan la escritura de novelas. La mayoría (85%) de los novelistas prevé que sus ingresos futuros disminuirán a causa de la IA.
Así, en una nueva investigación para el Centro Minderoo para la Tecnología y la Democracia (MCTD) de la Universidad de Cambridge, la doctora Clementine Collett encuestó a 258 novelistas publicados a principios de este año, así como a 74 personas del sector -desde editores de adquisiciones hasta agentes literarios- para evaluar cómo se percibe y utiliza la IA en el mundo de la ficción británica.
Según el informe, dos tercios (66%) de todos los encuestados calificaron a los autores de novela romántica como "extremadamente amenazados", seguidos de cerca por los escritores de thrillers (61%) y novela negra (60%). A pesar de ello, la opinión generalizada en la ficción británica no es contraria a la IA, ya que el 80% de los encuestados coincide en que la IA ofrece beneficios a diversos sectores de la sociedad. De hecho, un tercio de los novelistas (33%) utiliza la IA en su proceso de escritura, principalmente para tareas no creativas como la búsqueda de información.
Sin embargo, el informe expone profundas preocupaciones desde la piedra angular de una industria editorial que aporta anualmente 11.000 millones de libras a la economía del Reino Unido y exporta más libros que cualquier otro país del mundo.
Los creadores literarios consideran que las leyes de derechos de autor no se han respetado ni aplicado desde la aparición de la IA generativa. Exigen consentimiento informado y una remuneración justa por el uso de sus obras, así como transparencia por parte de las grandes empresas tecnológicas y apoyo del gobierno británico para obtenerlo.
Muchos advierten de una posible pérdida de originalidad en la ficción, así como de un deterioro de la confianza entre escritores y lectores si no se revela el uso de la IA. Algunos novelistas temen que las sospechas sobre el uso de la IA puedan dañar su reputación.
"Existe una preocupación generalizada entre los novelistas de que la IA generativa entrenada con grandes cantidades de ficción socave el valor de la escritura y compita con los novelistas humanos", reflexiona la doctora Clementine Collett, investigadora de BRAID UK en el MCTD de Cambridge y autora del informe, publicado en colaboración con el Instituto para el Futuro del Trabajo.
"Las novelas contribuyen más de lo que podemos imaginar a nuestra sociedad, cultura y a la vida de las personas. Son una parte fundamental de las industrias creativas y la base de innumerables películas, programas de televisión y videojuegos", defiende Collett. "La novela es una forma de creatividad preciosa y vital por la que vale la pena luchar."
Las empresas tecnológicas tienen el mercado de la ficción en la mira. Herramientas de IA generativa como Sudowrite y Novelcrafter permiten generar ideas y editar novelas, mientras que Qyx AI Book Creator o Squibler se pueden usar para redactar libros completos. Plataformas como Spines utilizan IA para facilitar los procesos de publicación, desde el diseño de portadas hasta la distribución.
"La brutal ironía es que las herramientas de IA generativa que afectan a los novelistas probablemente se entrenan con millones de novelas pirateadas, extraídas de bibliotecas clandestinas sin el consentimiento ni la remuneración de los autores", denuncia Collett.
Además de encuestar a un total de 332 creadores literarios, que participaron bajo condición de anonimato, Collett realizó grupos de discusión y entrevistas en todo el país, y organizó un foro en Cambridge con novelistas y editores.
Muchos novelistas han reportado pérdidas de ingresos debido a la IA. Algunos sienten que el mercado está cada vez más saturado de libros generados por IA, con los que se ven obligados a competir. Otros afirman haber encontrado en Amazon libros a su nombre que no han escrito.
Algunos novelistas también hablaron de reseñas en línea con claros indicios de inteligencia artificial, como nombres y personajes desordenados, que dan malas calificaciones a sus libros y ponen en peligro las ventas futuras. "La mayoría de los autores no ganan lo suficiente solo con las novelas y dependen de fuentes de ingresos como la redacción publicitaria independiente o la traducción, que están disminuyendo rápidamente debido a la IA generativa", agrega Collett.
Algunos creadores literarios imaginaron la aparición de un mercado distópico de dos niveles, donde la novela escrita por humanos se convertiría en un "artículo de lujo", mientras que la ficción generada por IA y producida en masa sería barata o gratuita.
En lo que respecta a las prácticas laborales, algunos participantes en el estudio consideran que la IA es valiosa para acelerar las tareas repetitivas o rutinarias, pero se observó que tiene poco o ningún papel que desempeñar en la creatividad.
Casi la totalidad (97%) de los novelistas se mostraron extremadamente negativos ante la posibilidad de que la IA escribiera novelas completas, o incluso fragmentos breves (87% extremadamente negativos). Los aspectos para los que los novelistas se mostraron menos negativos respecto al uso de la IA fueron la búsqueda de información o datos generales (30% extremadamente negativos), y alrededor del 20% afirmó utilizarla con este fin.
Alrededor del 8% de los novelistas afirmó usar IA para editar textos escritos sin ella. Sin embargo, muchos consideran la edición un proceso profundamente creativo y jamás querrían que la IA interviniera. Casi la mitad (43%) de los novelistas se mostró sumamente negativa respecto al uso de IA para la edición de textos.
Por otra parte, la investigación halló un rechazo generalizado contra un modelo de derechos de autor de "reserva de derechos" propuesto por el gobierno británico el año pasado, que permitiría a las empresas de IA extraer información de los textos a menos que los autores se opusieran explícitamente.
Alrededor del 83% de los encuestados afirma que esto sería negativo para la industria editorial, y el 93% de los novelistas dijo que "probablemente" o "definitivamente" optarían por que su trabajo no se utilizara para entrenar modelos de IA si se implementara un modelo de exclusión voluntaria La gran mayoría (86%) de los creadores literarios prefirió el principio de 'consentimiento expreso': los titulares de los derechos otorgan permiso antes de que la IA utilice cualquier obra y reciben la compensación correspondiente. La opción más popular fue que la concesión de licencias de IA fuera gestionada colectivamente por un organismo del sector -un sindicato o asociación de escritores-, con la mitad de los novelistas (48%) optando por este enfoque.
"Nuestras industrias creativas no son daños colaterales prescindibles en la carrera por desarrollar la IA. Son tesoros nacionales que merecen ser defendidos. Este informe nos muestra cómo", resume la profesora Gina Neff, directora ejecutiva del Centro Minderoo para la Tecnología y la Democracia.